A veces el “problema” de un proceso de selección no es la falta de talento, sino lo contrario: llegar al final con dos candidatos excelentes y no saber cómo decidir.
¿Cómo tomar la mejor decisión sin caer en la parálisis, perder a ambos o elegir solo por intuición?

Te compartimos algunos criterios que pueden marcar la diferencia:
1. Mirá más allá de las habilidades técnicas
Cuando ambos cumplen con los requisitos del puesto, la clave está en los detalles que no figuran en el CV:
- ¿Quién demostró más entusiasmo y curiosidad por la empresa?
- ¿Quién hizo preguntas que mostraron interés genuino en el equipo y sus desafíos?
Ese tipo de señales suelen anticipar el nivel de compromiso futuro.
2. Evaluá la proyección a futuro
Pregúntate: ¿quién tiene más posibilidades de crecer con la organización?
- Si buscás cubrir un rol estratégico a largo plazo, priorizá al que se proyecte dentro de la empresa.
- Si la necesidad es inmediata o temporal, alguien que pueda aportar valor desde el primer día puede ser la mejor opción.
3. Considerá el encaje cultural
No se trata sólo de adaptarse a la cultura actual, sino de sumar a la cultura que querés construir.
Un candidato que encaje con los valores, pero que además traiga perspectivas nuevas, puede enriquecer al equipo en el largo plazo.
4. Pedí segundas opiniones
Involucrar a otras personas del equipo puede dar más claridad:
- Un referente técnico para validar conocimientos.
- Un referente cultural para medir encaje con valores.
- Una mirada externa evita sesgos y aporta objetividad.
5. Factor práctico: compensación y condiciones
A veces la decisión también pasa por lo financiero. No siempre el perfil más senior es la mejor elección: alguien más junior con hambre de crecer puede tener mayor impacto a mediano plazo.
6. No demores la decisión
El talento de calidad no espera. Si tardás demasiado, podés perder a ambos candidatos. Tener criterios claros desde el inicio acelera la elección y demuestra respeto por su tiempo.
7. No pierdas al que no elijas
La decisión final puede ser difícil, pero cómo tratás al candidato que no queda seleccionado es igual de importante:
- Ofrecé feedback constructivo.
- Mantené el vínculo abierto para futuras posiciones.
- Mostrá aprecio por el tiempo invertido.
Un candidato que se sintió respetado puede volver a postularse más adelante o recomendarte a alguien más.

Elegir entre dos grandes finalistas no debería vivirse como un problema, sino como un signo de un proceso de selección exitoso.
La clave está en decidir con claridad, sin perder de vista la cultura, la proyección y el respeto por ambas personas.
En mindIT creemos que cada decisión de contratación es también una oportunidad de fortalecer la marca empleadora y construir relaciones de valor a largo plazo.